Encerrados

miércoles, 23 de agosto de 2017

Apenas había salido como super héroe el ladrón travesti cuando de pronto tomó mi mano y sin saber cómo me levanté comencé a correr a su lado.

¿Pero qué paso? ¿No se suponía que era inocente? ¿Por qué se da a la fuga? Es más... ¿Por qué me doy a la fuga yo?

Me arrastró a una tienda de muebles y cuando vio la oportunidad abrió la puerta de un armario, me empujó, entró, cerró la puerta y quedamos atrapados y prensados en ese pequeño cuarto oscuro.

Su respiración agitada combinada con una gran sonrisa de triunfo me intrigó. Quise abrir la boca, pero inmediatamente la chica me la tapó con tal fuerza que la sentí como una cachetada en la boca. Se quedó en silencio, escuchando como desde afuera nos buscaba uno de los policías que, sin entender tampoco porqué corrimos, se fue cuando el otro policía le dijo que la ladrona confesó que fue una ladrona solitaria.

Todavía quedamos esperando un rato más en silencio hasta que el ladrón travesti bajó la mano y me miró sonriendo, contento de la travesura hecha.

- ¡Te deportarán si te atrapan! - dijo entusiasmada en voz baja.
- ¿Deportarme? Soy ciudadano estadounidense.
- ¿Qué? ¿No eres francés?
- Bueno sí, pero nací en Seattle, sólo que me fui muy joven y allá me adop... Oye, ¡yo no debería contarte esto! ¡Déjame salir!

Abrí la puerta con sigilo buscando si alguien nos buscaba, pero cuando abrí la puerta resultó algo peor.

- ¿Ya se fueron? - preguntó el héroe ladrón travesti.
- Sí...
- Bueno, ya salte...

Pero de pronto ella se dio cuenta de lo que estaba pasando...

- Todos se fueron.

El centro comercial estaba cerrado. ¿Pues cuánto tiempo estuvimos ahí?


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